El detalle en la arquitectura no solo se encuentra en los detalles estéticos. La forma de un edificio se genera en él acercamiento del arquitecto ante el revestimiento. Es decir, qué es lo que sostiene esa piel y cuál es su relación. Cómo se protege de edificios y que comunica esta coraza. Con estos factores en mente que ha definido el resultado de lo que es el objeto desde lo paramétrico y su impacto en la tecnología y lo que se es capaz de diseñar y construir.
Diseñar edificios desde una inspiración orgánica plantea la necesidad de configurar las técnicas de anclaje. Abre paso a tecnología BIM para la experimentación de una forma sin un control definido. Manteniendo un equilibrio entre el volumen de las características arquitectónicas, la expresión, el sistema de construcción y la materialidad. Esto consiste en tener 3 capas la exterior, la que crea el contorno, siendo la piel, el armazón que es la pieza principal que sostiene esa piel y el anclaje esa conexión de transmisión o tolerancia entre la piel y el armazón. Este tipo de modelación BIM es lo que mantiene el control del edificio.
Estos edificios paramétricos han sido combinados con elementos generales del día a día y se han transformado en una arquitectura comercial. Donde el edificio se convierte en escultura y deja a un lado la parte estética para tener atributos vendibles. Haciendo un giro modernista a los propósitos visuales de la arquitectura, enmarcando su uso en su forma. Esto consigue un significado diferente en la definición del objeto y su simbolismo. Dejando a un lado la interpretación social y llevando un mensaje directo.
De este modo se logra entender que la capacidad y el ingenio arquitectónico van de la mano de tecnología BIM para su confección estructural en los diseños paramétricos. Así innovando nuevas formas de construir. Llevando el simbolismo a algo mucho más surreal e improvisado dejando un mayor margen de interpretación al habitante a diferencia del “Duck Architecture” que hace a su simbolismo algo directo.
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